Por Francisca Hermosilla –
Las ideas son como las semillas: necesitan un terreno fértil para crecer y florecer. En el mundo empresarial, ese terreno fértil es una cultura de innovación. Una cultura donde las personas se sienten empoderadas para compartir sus ideas, donde se les da la oportunidad de experimentar y donde el fracaso se ve como una oportunidad para aprender. A continuación, profundizaré en diferentes aristas en relación a este tema.
Sistematización y formalización de la innovación
Los diferentes proyectos e iniciativas de innovación llegan a puerto cuando existe un equipo que está dispuesto a llevarlo a cabo. Seguramente, siguen un modelo instalado en la organización donde se sabe cómo impulsar proyectos con diferentes niveles de incertidumbre, qué puertas tocar, qué información se debe presentar para avanzar y conseguir las validaciones necesarias. En esta línea, si retrocedemos un poco, la búsqueda de proyectos que generen valor para la compañía, para sus clientes y sus colaboradores, se promueve cuando existe un llamado a hacerlo y, por tanto, es imperante que las organizaciones sistematicen un modelo y se formalice para su desarrollo y continuidad. Es por esto que, sin un sistema formal, sin un canal regular y formal para procesar las ideas y proyectos, difícilmente podremos contar con estos. Existirán, pero solo de aquellas personas más inquietas e incómodas con el status quo.
Alineación de equipos
Pero eso no es todo, un sistema de gestión formal tampoco es suficiente. Necesitamos contar con áreas, gerencias y equipos de trabajo que habiliten la innovación. Es necesario que las personas diseñen y desarrollen estrategias de adopción de innovación, donde se comprenda su valor y su potencial, en cómo la innovación busca fortalecer la estrategia de la compañía, así como de articular y orquestar los esfuerzos en iniciativas reales end-to-end. Para que veamos ideas, proyectos e iniciativas las personas son fundamentales para que ocurran, son las habilitadoras de todo. La clave está en contar con organizaciones que alineen a sus equipos en qué es innovación, cómo se gestiona, qué valor genera y por qué promoverla, dejando fuera emociones negativas, como miedo e inseguridad.
Cultura de innovación
Justamente, el diseño y desarrollo de cualquier iniciativa conlleva a realizar validaciones, profundizar en las problemáticas, cocrear la solución, buscar patrocinio con otras áreas, con otros stakeholders internos que tienen que estar igual de alineados a que el equipo de proyecto. No porque los stakeholders internos, en sus diferentes roles, no sean parte de la iniciativa en particular, sí deben ser parte de este sistema de gestión de innovación que permita darle la celeridad que corresponde y, a fin de cuentas, percibir el valor generado en la organización. En algunos clientes, con frecuencia, escucho cómo presentan el proyecto estrella para mejorar algunos de los procesos de la compañía para hacerlos más ágiles y más eficientes. Sin embargo, el área beneficiaria no entiende de dónde viene esto y por qué otra área, sin haberlo pedido, dice presentarse con el santo grial.
En general, así como esta área, todos nos sentiríamos desconcertados y hasta ofendidos al ver que otro viene con algo que no se pidió y que, en algunas ocasiones, no se es consciente de. Pero, ¿qué pasaría si el acercamiento fuera distinto? ¿qué pasaría si el equipo gestor dispone de todos sus recursos y capacidades para aportar en los objetivos del área?
Este enfoque colaborativo alinea a las personas, sus expectativas y promueven una cultura en que todos son parte de la solución. A veces, es solo cosa de enfoque…
Columna en blog de linkedin